La caída de los senos viene determinada por el efecto de la gravedad y las variaciones de volumen en la propia mama, especialmente por la lactancia y fluctuaciones de peso, determinando que la piel y los ligamentos de sujeción de la mama cedan, lo que provoca que ésta caiga y se sitúe en una posición más inferior, con la areola y pezón a nivel o por debajo del pliegue inframamario.
Cada caso es totalmente individualizado, dependiendo el plan quirúrgico y el resultado final de muchos factores previos como la forma, tamaño, grado de caída y volumen de los pechos, estructura del tórax, las posibles asimetrías y la separación entre las mamas. Por ello es fundamental una adecuada planificación previa en la consulta, que requiere más de una exploración; en esas visitas previas se decidirá junto con la paciente la pauta a seguir tratando de equilibrar el deseo de ésta con la armonía corporal.